lunes, 14 de julio de 2025

Sedajazzeros por el mundo....o la mano que mece la cuna.

 





Son el futuro. O, mejor dicho, el presente más reciente de la escena del jazz, no solo en Valencia, sino más allá de sus fronteras. Jóvenes con talento, ganas de trabajar y de dejar el pabellón bien alto. Se hacen llamar Sedajazzeros, y ayer ofrecieron un concierto a las puertas de la preciosa alquería donde se formaron, demostrando su talento, saber estar y buen hacer. Temas propios, otros de factura más clásica y, sobre todo, jazz en formato big band que sonó como los ángeles, regalándonos una tarde de lo más agradable.

Estos músicos han surgido de una de las escuelas de música más prestigiosas de Valencia, y me atrevería a decir que de Europa: Sedajazz, colectivo de músicos. Enclavada en plena Horta Sud, en una alquería con historia, esta escuela forma desde muy pequeños a músicos que nutren con gran talento el panorama del jazz actual. No todo ha sido fácil: la DANA les golpeó duro, pero se han recuperado en tiempo récord con la ayuda de todos, y ahí siguen, en la brecha, con más fuerza si cabe.

Sería injusto hablar de Sedajazz sin mencionar a su alma mater: Francisco "Latino" Blanco. Director, músico, compositor y formador, este hombre vive por y para la música. Y si su talento musical es enorme, su calidad humana lo es aún más. En un mundo a menudo triste, superficial y desangelado, personas como él brillan con luz propia. Habría que hacerle una estatua, o ponerle una calle a su nombre.

Larga vida al jazz. Larga vida a Sedajazz. Y gracias por vuestro trabajo, por la música y por la felicidad que nos regaláis.

Xavi Maldonado: Saxo Tenor

Juan Saus: Saxo Alto y flauta travesera

Roque Garcia:  Saxo Tenor.

Joan Fernandez: Trombon.

Iabel Ruiz: Piano

Martina Sabariego: Contrabajo.

Hugo Barrio: Bateria




(c) PepicoJazz 
















 

viernes, 4 de julio de 2025

Avishai Cohen trio. 28 festival de jazz de Valencia.

 



El contrabajo es un instrumento que, por definición, es imprescindible en la sección rítmica de un grupo musical. Es un trabajo, digamos, poco vistoso —como también lo es su sonido—, aunque, como todo, eso es discutible. Para ser un virtuoso del mismo y hacerse notar, hay que tener mucho talento…

La historia del jazz está llena de grandes contrabajistas: LaFaro, Mingus, Chambers, Carter… Y, a día de hoy, quizás el máximo exponente sea Avishai Cohen, quien nos ofreció un concierto digno de la expectación que había levantado.

Acompañado por dos jóvenes talentos, como Gus Moskovich al piano —que, con solo 20 añitos, demostró ser un conocedor de las enseñanzas de Jarrett—, y un baterista, Yal Stern,  que supo llevar el ritmo del concierto con la maestría de intérpretes mucho más maduros.

¿Y qué decir de Cohen? Pues que lo dio todo. Su contrabajo sonó con una belleza y una precisión cósmicas, y logró emocionarme hasta la lágrima cuando interpretó un tema folclórico de origen sefardí, cantado en ladino, titulado Morenika. Fue aún más conmovedor tras escuchar su pequeño discurso previo…

Un gran concierto, sin duda. Aquí os dejo unas fotos y me despido hasta otra ocasión… si me dejan.

Abrazos para los caballeros y besos castos para las Señoras.

(c) Pepico Jazz:










AVISO A NAVEGANTES....

 



Me viene de lujo. Vivo en un mundo que dejó de ser el mío hace mucho tiempo, y lo detesto con cada célula. No es novedad. Me arrastro por él como puedo, entre zancadillas, mediocridad y estupidez institucionalizada. Y sí, a veces toca plantar cara, dejar claro que uno no está dormido ni rendido. Y si de paso sacudo alguna conciencia, pues mira, doble victoria.

Me gusta la música. Junto con los libros y la fotografía, ha sido mi salvavidas, mi copiloto fiel en esta autopista de mierda. Y alguna vez, también algún coche viejo que sigue resistiendo más que muchas personas.

Últimamente, por razones que no vienen al caso, suelo ir a conciertos. Voy con mi humilde Olympus ST1 Stylus, si me dejan, o con mi iPhone de batalla, que siempre va conmigo. Y sí, mientras el show me atrapa (o no, porque hay cada tostón), me saco alguna foto. Como recuerdo. Discretamente. Sin flash, sin luces, sin ruidos. Sin molestar a nadie.

Pero últimamente, cuanto más caro es el artista o más “cool” el recinto, más normas absurdas. “Prohibido grabar. Prohibido hacer fotos.” Mira, no me jodas. Esa prohibición me la paso por el forro, con todo el gusto del mundo. Tengo 64 años, una mochila llena de mierda tramitada, y cero ganas de que nadie venga a tocarme los cojones. Salvo que lleves placa o galones, claro. Entonces hablamos.

El otro día, el señor Bunbury montó el drama porque alguien lo estaba grabando con el móvil. Pues mira, querido artista sensible: sin nosotros, los que pagamos tus entradas carísimas, los que aún te compran discos, los que llenamos tus bolos... tú no eres nada. Sin ese público que sostienes con desdén y desprecio, te caes con todo el tenderete.

Y lo peor es que después de la pandemia, cuando muchos se quedaron en casa, fuimos nosotros —el pueblo llano— los que volvimos a llenar salas y devolveros el ego. Pero claro, de eso ya nadie se acuerda, ¿verdad?

Así que aviso para navegantes: como esta tendencia a prohibir y restringir siga creciendo —que seguirá, porque la sociedad va cuesta abajo sin frenos—, yo me bajo del carro. No pienso seguir pagando para que encima me traten como a un sospechoso por querer un simple recuerdo. Si no puedo hacer una foto sin molestar, no vuelvo.

Con mi dignidad no juega ni Dios. Y aunque este mundo de cartón ya no entienda de principios, yo duermo bien sabiendo que no me arrodillo.

miércoles, 2 de julio de 2025

Aaron Parks Littel big Quartet European Tour 2025

 


Hay conciertos que se graban en la mente y en el alma para siempre... Stones '82 (Madrid), Maria Neckam, Nicole Henry, Victor Jones, Sedajazz Big Band (30º aniversario), Kamasi Washington, Bebo Valdés... y, sin duda, el de anoche en el Jimmy Glass, a cargo del pianista estadounidense nacido en Seattle, Aaron Parks, junto a su cuarteto.

El grupo lo completan el guitarrista de talento sideral Greg Tuohey, y una formidable sección rítmica a cargo de Morgan Guerin (bajo eléctrico) y Jongkuk Kim (percusión). Ofrecieron un jazz moderno, muy avanzado, con matices de funk, pop e incluso country. Diría que, en algunos momentos, tocaron piezas que podrían pertenecer a esos géneros, pero siempre impregnadas de la estética, el lenguaje y la distinción propios del jazz. Para quien suscribe, esta fusión marca el camino de evolución de la música más bella.

Interpretaron temas de sus últimos trabajos dentro de la serie Little Big, e incluso nos adelantaron piezas del que será su nuevo disco, actualmente en proceso de grabación: Little Big IV.

Cabe destacar el trabajo de Greg Tuohey en temas como "Sparks" o "Willamina", así como los solos de Parks en composiciones como "Flyways" o la mágica, maravillosa y embriagadora "Small Planet".

Aaron Parks y su grupo nos cautivaron desde la primera nota, sumergiéndonos en su particular y fascinante universo sonoro.

En definitiva, un concierto para recordar durante mucho tiempo en esta calurosa noche de julio.

Os dejo unas fotos del concierto y a modo de recordatorio una oipinión acerca del ultimo trabajo de Parks,Little big 3

Besos castos para las Señoras y abrazos para los caballeros. Hasta otra, si nos dejan..

Copyraight Pepico Jazz 2025