Esta grabación no es simplemente un disco: es una crónica sonora, una especie de diario improvisado que recoge lo sucedido en dos sesiones registradas el 24 de noviembre de 2024 y el 13 de marzo de 2025 en el emblemático Jimmy Glass Jazz Bar de Valencia. Más que un club, Jimmy Glass se ha convertido en una referencia ineludible del jazz europeo: un auténtico epicentro cultural que vibra con la improvisación, el riesgo y la libertad creativa.
Detrás de este proyecto está Chevi Martínez, alma máter del local y figura imprescindible del ecosistema jazzístico valenciano. Músico, productor y dinamizador incansable, Chevi retoma aquí su faceta como compositor y líder de un grupo de jazz progresivo formado por algunos de los intérpretes más destacados de la Comunidad Valenciana. Aunque el término "jazz progresivo" suele asociarse a músicas complejas, densas o incluso intelectuales, en este caso el resultado es sorprendentemente fresco, vibrante y cargado de una complicidad casi lúdica.
Uno de los primeros impactos lo provoca el diseño visual: una portada minimalista y unas ilustraciones interiores creadas por el propio Chevi. Lejos de ser un adorno accesorio, estos elementos refuerzan la cohesión conceptual del proyecto, donde lo sonoro y lo visual dialogan con coherencia y sensibilidad estética.
El repertorio está compuesto en su mayoría por temas originales de Chevi Martínez, salvo dos excepciones especialmente significativas: Thrill, de la saxofonista y activista Matana Roberts, y Doctor Yesterday, del influyente contrabajista William Parker. La inclusión de estas obras no es casual: establece un puente directo con la vertiente más libre, experimental y comprometida del jazz contemporáneo.
Más allá de la ejecución técnica, esta grabación busca capturar un momento, una atmósfera, un estado de ánimo colectivo. No pretende ofrecer una versión “perfecta”, sino documentar una experiencia real, con toda la carga de espontaneidad e imperfección que eso implica. Y ahí radica precisamente su mayor virtud: en esa autenticidad que convierte cada tema en una declaración de principios. Es jazz vivo, sin filtros ni artificios, que emociona porque se entrega sin reservas.
Como ocurre con cualquier obra artística, la valoración siempre tiene un componente subjetivo. En mi caso, los temas que más me han impresionado —aunque el disco no tiene desperdicio en absoluto— son Wofaganga, Thrill y Action–Reaction. Cada uno aporta una identidad distinta y complementaria, mostrando la versatilidad del grupo y la solidez de su propuesta.
Además, la participación como artistas invitados de dos pilares del jazz valenciano (y me atrevería a decir, del jazz mundial) como Perico Sambeat y Javier Vercher, no solo prestigia aún más la grabación, sino que potencia el trabajo del resto del grupo con una elegancia sobria y sin alardes. Mención especial merece Vercher, que no solo participa como intérprete, sino que asume también la labor de grabación bajo el pseudónimo Yogi Hansa, aportando un sonido cálido, natural y profundamente humano.
En definitiva, este disco es una contribución valiosa al panorama jazzístico nacional. Más que una colección de temas, es un testimonio sincero de lo que ocurre cuando convergen talento, libertad y un entorno fértil para la creación. Jimmy Glass no es solo el escenario de esta grabación: es parte de su sonido, de su alma.
Os dejo unas fotos cronica grafica de lo acontecido los días de la grabación de este trabajo:
Abrazos para los caballeros y besos castos para las señoras...
No hay comentarios:
Publicar un comentario